Lo ideal para la pantalla es tener Full HD como resolución para el panel. 1.920 x 1.080 es una cifra óptima para casi todos los usos, pero lo habitual en el rango de los 600 euros es tener resoluciones de pantalla por debajo de Full HD, como 1.366 x 768 píxeles.En cuanto a peso y tamaño, lo deseable es tener el mínimo peso y el tamaño más compacto y delgado, pero bajar de las 15’’ y de los 2 Kg con un presupuesto de unos 600 euros es complicado. A menor tamaño y más ligereza, los procesos de fabricación de hacen más complejos, lo cual repercute en el precio final de los portátiles.
Si vamos a las comunicaciones y conectividad, a día de hoy USB 3.0 es un “must”. Donde entramos en el terreno de lo deseable pero no siempre conseguible, es en la tecnología WiFi donde 802.11ac es la óptima, con una velocidad de transferencia elevada y compatibilidad con las tecnologías anteriores.
Dentro de este cocktail de variables, no siempre será posible encontrar una elección que satisfaga todos los requerimientos. Procesador, memoria y disco duro son los más críticos: de poco sirve que tengamos un equipo de un kilo de peso y 1 cm de grosor con un procesador que no nos permita trabajar con soltura, por ejemplo.Entre más memoria y un disco duro SSD, elegir entre 4 GB de RAM con un disco SSD de 128 GB u 8 GB de RAM con un disco no SSD de 1 TB no es una elección sencilla, con más puntos a favor del SSD que de la RAM.
Otros supuestos que pueden ilustrar las disyuntivas que tendremos que dilucidar para elegir un equipo pasan por los de este estilo: entre Core i3 y 16 GB de RAM y Core i5 y 4 GB de RAM la balanza se inclinaría hacia Core i5. Entre Core i7 y 4 GB de RAM y Core i5 y 8 GB, la elección sería hacia Core i5 con 8 GB.
Decíamos antes que existe un límite de temperatura en los componentes, que varía según el modelo concreto de chip. Por ejemplo, Intel es muy transparente en este sentido y las especificaciones técnicas de sus procesadores lo indican bajo la variable Tcase. Por ejemplo aquí están las características del Core i7-6700K, que señalan una temperatura máxima admitida de 64 grados Celsius.En otros modelos de procesadores la temperatura es diferente, y generalmente se sitúa entre 80 y 100 grados. Los fabricantes de los componentes se refieren a esta temperatura Tcase como un valor tal que, si se sobrepasa, puede implicar daños físicos al chip, y por lo tanto un mal funcionamiento posterior.
La industria, consciente de este problema, ha implementado barreras muy comunes en la tecnología de hoy en día: dado que los ordenadores disponen de una amplia variedad de sensores, entre ellos de temperatura de varios de sus componentes, si los chips se acercan a los límites impuestos (los 64 grados Celsius de los que hablábamos antes) el propio ordenador se reajusta automáticamente para evitar llegar a esa cifra. En caso de continuar elevándose puede llegar incluso a apagarse, algo que ocurre también en teléfonos. Los ordenadores suelen permitir una amplia configuración para avisar al usuario en caso de que se alcance una temperatura crítica, llegando incluso a apagarse automáticamente; consulta tu BIOS o UEFI para más información.
Tras poner sobre la mesa el presupuesto y las variables tecnológicas y de diseño, llega el momento de elegir. Se puede empezar buscando por un entorno de precio y filtrando después por procesador, memoria, disco, etcétera. De ese modo podremos ir eligiendo candidatos posibles.Es importante realizar búsquedas en diferentes portales, y páginas de los fabricantes en busca de los candidatos. En nuestro ejemplo concreto, un modelo que conjuga de un modo óptimo casi todas las variables en juego es el ACER Aspire E 15 NX.MW2EB.011.
Un portátil de menos de 600 euros con un procesador Core i5, 8 GB de RAM e incluso un SSD de 128 GB. Un repertorio notable, que además deja lugar a tener 16 GB de RAM gracias a la disponibilidad de una ranura de memoria adicional libre.
Aquí la letra pequeña es que el procesador Core i5 es de una generación previa a los nuevos Intel de sexta generación. De todos modos, es una circunstancia que no repercute de un modo significativo en el rendimiento de la CPU.Temas como la eficiencia energética o el rendimiento gráfico se han mejorado mucho en la sexta generación, pero en conjunto, de la quinta generación a la sexta, para un presupuesto de 600 euros, no hay una diferencia insalvable.La pantalla de 15,6’’ no es Full HD, y pesa más de 2 KG, pero son variables secundarias si nos ceñimos a nuestro presupuesto. Otra buena noticia es que cuenta con WiFi ac y USB 3.0.
El proceso de búsqueda de un portátil óptimo pasa por conjugar muchas variables. Tendremos que fijar algunas y jugar con otras para las que hayamos establecido una jerarquía de prioridades basada en nuestro criterio y en las necesidades del pariente, amigo o colega que haya recurrido a nosotros para tomar una decisión de compra.
Por fortuna, la tecnología ha mejorado mucho, y será factible encontrar una propuesta óptima, como en este ejemplo. Será difícil no tener que renunciar a algunas características, pero mientras sean aquellas con prioridades más bajas, todo irá bien.¿Alguna vez te has parado a pensar por qué un portátil se calienta como un horno? Bueno, es cierto que no hasta ese punto... pero casi. Los portátiles se calientan una barbaridad, y todavía más cuanto mayor tiempo lo usamos.¿Por qué? ¿A qué se deben estas temperaturas y, sobre todo, qué consecuencias tienen? Hoy vamos a hablar de uno de los problemas más comunes entre la tecnología y que también está entre los que más efectos negativos pueden traer consigo. Hoy vamos a hablar de portátiles, de calor y de cómo evitarlo.
Tanto los portátiles como otro tipo de dispositivos electrónicos se calientan a medida que los usemos, y cuanto más potente sea el cacharro, mayor calor generará. Esto es debido a que por los componentes electrónicos y por la circuitería pasa energía eléctrica, y debido a la resistencia de los conductores se genera un calor bajo el Efecto Joule.A día de hoy no existen formas de mitigar este calor, salvo utilizar potencias muy reducidas (por ello los smartphones se calientan menos, aunque también lo hacen, o dispositivos como la Raspberry Pi no necesitan ventilación adicional). Es por ello por lo que los fabricantes inventan sistemas de refrigeración como los utilizados en ordenadores, y que ayudan a reducir su temperatura de funcionamiento.
El funcionamiento de la refrigeración en un portátil: calor fuera y frío dentro
El calor es uno de los grandes enemigos de los portátiles en particular, y de todo dispositivo tecnológico en general. Es muy malo para un ordenador que el calor se mantenga en el interior, elevando la temperatura física a la que se encuentran los componentes, ya que en casos extremos puede llegar a crear un daño físico en los chips que muchas veces es irreparable y necesita reemplazar algunos componentes.Además, el incremento de temperatura debido al uso está relacionado directamente con la potencia energética necesaria para hacerlo funcionar, y este término de potencia también es proporcional con la potencia de cálculo ofrecida por el ordenador. Cuanto más potente sea un ordenador, más se calentará. Tal vez te has fijado en alguna ocasión en que los ordenadores gaming son de generosas dimensiones, debido a que necesitan albergar tanto unos componentes más grandes... como un sistema de refrigeración también de mayor tamaño que sea capaz de reducir la temperatura de funcionamiento.
¿Cómo se combate el calor de un ordenador? La solución más habitual en la electrónica moderna es hacer uso de una combinación de disipadores y ventiladores. Los disipadores van adosados a los chips y se encargan de 'sacar' su calor al exterior; por su parte, los ventiladores mueven el aire caliente alejándolo del componente.Tradicionalmente siempre han existido algunos componentes que se calientan más que otros, algo que es fácil de comprobar en un ordenador de sobremesa: el procesador central (CPU) y el procesador gráfico (GPU) suelen equipar grandes sistemas de refrigeración, precisamente porque son los que más calor generan. En un ordenador portátil el funcionamiento es equivalente, aunque dado que todos los componentes están escondidos tras una carcasa no solemos verlo de primera mano (aunque cualquiera que destripe un portátil podrá comprobarlo).