Este fabricante ha renovado sus propuestas del año pasado con otras en las que como decíamos es reseñable la presencia de los nuevos procesadores Intel Core de sexta generación. No hay cambios en áreas en las que ya habían dado un gran resultado como la pantalla, pero atentos a las especificaciones relativas a la conectividad.
El modelo analizado cuenta con un Core i7-6500U, un micro quad-core a 2,5 GHz (3,1 en modo turbo). Es curioso comprobar cómo los modelos que venden en nuestro país integran los Core i7-6560U, diferentes por la frecuencia de trabajo (2,2 GHz, Turbo hasta 3,2) y sobre todo por integrar una GPU Intel HD 540 en lugar de la 520 del procesador que hemos evaluado.
Con esos datos cabe suponer que en tareas gráficas habrá una mejora de rendimiento mientras que la menor frecuencia de reloj debería hacer que en el i7-6560 no fuese tan capaz en tareas intensivas en CPU como el modelo que hemos analizado. También es probable que haya un impacto sensible en la autonomía de la batería -menos frecuencia, más autonomía teóricamente-, pero desde luego es curioso que los modelos en nuestro país sean distintos en este apartado.
Si nos detenemos a comprobar el rendimiento bruto del equipo con algunos benchmarks sintéticos vemos que efectivamente hay mejoras entre el modelo con Skylake y el modelo con Broadwell pero lo cierto es que incluso con procesadores de gamas distintas esa mejora en los resultados no es tan notable como uno podría esperar. En general ya vimos como Skylake está más orientado a mejoras de eficiencia que a mejoras en el ámbito del rendimiento puro, así que no hay una sorpresa mayúscula en este apartado... pero es cierto que las especificaciones parecían apuntar más alto.
Donde sí hay una mejora apreciable es desde luego en las nuevas unidades SSD de Samsung que arroja tasas de lectura y escritura secuenciales notablemente superiores. En neustras pruebas con Crystal Disk Mark obtuvimos 1.212 MBps en lecturas secuenciales y 325 en escrituras secuenciales, por 503 y 247 MBps del Dell XPS 13 (9343) en el que también ejecutamos estas pruebas.La batería nos dejó también con una sensación agridulce. Es mayor que la anterior en cuanto a capacidad(56 Wh en lugar de 52 Wh), pero a pesar de eso y de la presencia de los micros Skylake, los datos fueron menos destacables de lo que esperábamos. La autonomía fue notable -rondó las 9 horas en un uso normal-, pero no llegó a la excelencia que le presuponíamos, algo que quizás se solucione con nuevas actualizaciones del firmware que pulan el comportamiento del equipo en este apartado. Ojo porque aquí es cierto que analizamos el modelo con pantalla táctil y resolución QHD+, así que en el modelo FHD sin soporte táctil sería normal encontrar números claramente mejores.
Hay no obstante una novedad técnica que puede pasar desapercibida para ciertos usuarios pero que seguramente sea muy bien recibida por otros: en este equipo contamos con una controladora Alpine Ridge de Intel, lo que significa que contamos con puertos USB 3.1 Gen 2 -disfrutad de esos 10 Gbps- pero además de soporte para Thunderbolt 3, algo a lo que da acceso el puerto USB-C del lateral izquierdo.
Ese puerto es muy especial porque sustituye al puerto mini DisplayPort del modelo anterior. Aunque eso podría representar cierto problema para los usuarios que ya han invertido en cables de este tipo, el estándar USB-C es una garantía de futuro y creemos que es una decisión muy acertada por parte de Dell, que además acompaña ese puerto de otros dos USB 3.0 (con los conectores Tipo-A tradicionales) y hace que podamos seguir trabajando con todo tipo de dispositivos convencionales.
Sin embargo las ventajas del citado conector USB-C son enormes puesto que en él podremos conectar (siempre que contemos con el cable adecuado y el periférico apropiado en el otro extremo) productos USB 3.0 Gen 1 o Gen 2, USB 2.0, DisplayPort 1.2, dispositivos Thunderbolt 3 que aprovechen esas velocidades de vértigo de 40 Gbps y por supuesto varios tipos de pantallas (VGA, HDMI) o conexión a redes Fast Ethernet y Gigabit Ethernet siempre que tengamos el detalle de aprovechar alguno de las docking stations o adaptadores (Dell ofrece uno) que sirven para exprimir al máximo ese puerto.
Las bases del Dell XPS 13 (9343) eran fantásticas, y aunque hubo algunos conflictos con su touchpad o su refrigeración en el pasado (Disclaimer: soy poseedor de un modelo 9343 con pantalla FHD) diversas actualizaciones del firmware, los controladores de dispositivos y del propio Windows 10 hicieron que ese equipo se comportara sin fisuras, así que era de esperar que toda esa experiencia se aprovechara en el nuevo modelo.
Lo notamos desde luego en el teclado y el touchpad, que en ambos casos ya eran destacables en el modelo anterior -aunque como decimos hubo algunas pegas iniciales con el touchpad-. El teclado tiene un tacto agradable y ofrece un recorrido y una resistencia muy correctos. Ya decíamos que las reducidas dimensiones del equipo han hecho que las teclas sean ligeramente más pequeñas que en otros teclados de portátiles de 13,3 pulgadas -pero claro, esos no son Infinity Display-, aunque está comprobado (yo lo he hecho) que uno se acaba acostumbrando sin problemas a ese tamaño de tecla.
Aún así Dell podría tratar de ganarle algo más a cada tecla ampliando la anchura total del teclado -Apple lo hace en su MacBook Air de 11 pulgadas, por ejemplo- y sería interesante ver si el XPS 13 puede también ganar enteros en este sentido. Un detalle que como siempre es de agradecer es la capacidad de retroiluminación del teclado.En lo que respecta al touchpad, el comportamiento es excelente y los problemas del pasado parecen haber quedado atrás. El tacto y los tiempos de respuesta son muy buenos, y aprovechar los gestos táctiles soportados por Windows 10 (o Linux, Dell sigue apostando por sus Developer Edition con Ubuntu) vuelve a ser perfectamente posible en este equipo.
Este equipo llega con Windows 10 Home Edition, algo que permitirá que podamos aprovechar esa pantalla táctil para todo tipo de situaciones pero que es especialmente útil en aplicaciones universales de Microsoft que se adaptan especialmente bien al modo tablet en el que todo está maximizado. Herramientas como Deportes, El Tiempo o Noticias son ejemplos clásico de esa querencia de Microsoft a hacer que toquemos la pantalla. En esa apuesta software hay algunos elementos adicionales como Candy Crush Soda Saga, pero en nuestro caso no nos hemos encontrado con elementos como el tradicional antivirus de McAfee que sí se incluía en el modelo anterior.
Aquí la utilidad de esa pantalla táctil de resolución QHD+ vuelve a plantear dudas. Esa resolución y esa capacidad táctil hacen que la pantalla tenga un impacto evidente en la autonomía de la batería, y dado que este no es un equipo convertible -tomar notas o dibujar en pantalla no es imposible, pero sí muy incómodo y poco natural- esa opción de poder tocar la pantalla no parece tan recomendable o útil.
Es cierto que en algunos ámbitos y situaciones lo de acercar la mano a la pantalla y no depender del touchpad puede venir bien, pero para los usuarios tradicionales de portátiles esa opción no debería pesar demasiado: el modelo con pantalla FHD (1080p) no táctil puede ser más interesante tanto por el precio como por la autonomía de la batería, dos apartados en los que desde luego ganaremos muchos enteros. Como me ocurría en el análisis del modelo anterior, sería fantástico poder contar con una pantalla QHD+ no táctil en la que se obtuvieran los beneficios de esa fantástica definición y calidad visual, pero que no nos distrajese con la opción táctil.