Dell no ha querido reinventar la rueda: ya lo hizo en gran medida cuando lanzó la primera versión del portátil que se ha convertido en el referente para muchos usuarios -y me incluyo entre ellos- y desde luego es de agradecer que fabricantes como Dell tengan en cuenta que muchos usuarios no quieren florituras en forma de convertibles: quieren portátiles de garantías.Eso es desde luego lo que lograremos con el Dell XPS 13 (9350), que no solo conserva todo lo bueno del modelo del año pasado, sino que además lo mejora a nivel interno con nuevos puertos de conexión -Thunderbolt 3 se ha convertido de nuevo en algo prometedor-, más potencia en su CPU y su GPU y sobre todo mejoras claras en almacenamiento que desde luego se notarán en el día a día.
Todo ello completa un equipo que parece preparado para afrontar el futuro sin preocupaciones. Aun manteniendo el testamento de estándares ya muy importantes como el USB 3.0, ese puerto USB-C e incluso la pantalla táctil que Microsoft quiere que exprimamos con Windows 10 vuelven a convertir al Dell XPS 13 en un portátil con muy pocas fisuras que no podemos más que recomendar.El socio de OLPC en Australia, One Education, lleva tiempo invirtiendo en una idea que recuperaría parte de la herencia de los portátiles y tablets XO originales. Aquellas máquinas que algunos recordarán como precursoras de unos netboos que tuvieron una vida corta pero intensa en el mercado de los PCs y portátiles.La idea no es otra que el lanzamiento de un portátil híbrido llamado Infinity, que espera recaudar 50.000 dólares en Indiegogo y que pretende hacerlo con una idea ambiciosa e interesante: la de que cosas como su CPU, su cámara o su batería sean modulares y puedan reemplazarse en caso de necesidad.
La configuración básica del Infinity incluye una pantalla de 8,9 pulgadas, un procesador a 1,4 GHz, 1 GB de RAM y 8 GB de almacenamiento (ampliable con tarjetas microSD), pero la idea es la facilitar las futuras expansiones del equipo. Por ejemplo, dotándole de mejor procesador y memoria para lograr que pudiera ejecutar sin problemas Windows 10.La campaña de financiación colectiva se ha puesto ya en marcha y el precio de partida de estos dispositivos es de 250 dólares, pero hay una oferta para centros educativos -precisamente el objetivo es llevar estos portátiles a esos entornos- que permite adquirir 10 unidades por 2.390 dólares. Si todo va bien las unidades llegarán a los centros cuando empiece el próximo curso escolar en septiembre. Buena suerte.
Uno de los sectores más fragmentado, más enrarecido, es el de las pantallas. Existen cientos de patentes y decenas de nombres en clave, todas declamando que son la mejor de las mejores opciones. Plasma, CRT, LCD, LED, OLED, AMOLED… Y después vendría la batalla de las resoluciones: HDReady, Quad HD, Full HD, esta-vez-sí-que-sí-HD, etcétera; tecnologías que han ido progresando pero que algunas, por su propia concepción, se han quedado atrás.
Si alguna vez has hurgado entre las características de los monitores habrás alertado que algunos ofrecen diferentes perfiles de configuración. Estos se basan en estándares históricos, aunque cada sistema va optimizado según las posibilidades de su propia configuración: Adobe RGB, NTSC (1953), PAL/SECAM, SMPTE, y un sinfín más. La diferencia entre unos y otros orbita en torno al espacio del espectro cromático y los parámetros sobre dónde se sitúan los colores. El espacio RGB se define a partir de los tres colores primarios y un punto blanco central donde se unen. Dependiendo de las coordenadas X/Y de cada color, así se muestra la mezcla resultante, el perfil.
Con tanta opción, es fácil que acabemos encontrando monitores que en poco tiempo de uso se oscurecen, pantallas que prometen ‘el doble de colores’ y no son tal, aberraciones en la luminiscencia, etcétera. La luz, por cierto, se mide en candelas por metro cuadrado. Un LCD de rango intermedio suele ofrecer brillos de 200 cm/m2. Lo necesario, en interiores, está aproximadamente en los 80-100 cm/m2.
Por otro lado, un dato con el que también se suele especular es la relación de contraste, el cual hace referencia a la capacidad de reproducir distintas tonalidades. Un 500:1 siempre reproducirá más tonalidades que un 300:1. De ahí que los monitores más profesionales cuiden los tonos oscuros, incluso a baja luz, donde es más imperceptible diferenciar el color.
¿Cómo solucionamos las taras de cada tecnología? No se trata de dividir en compartimentos estancos. Existe una tecnología que, como el Anillo Único, emparenta LCD y LED, sacando lo mejor de cada opción. Aunque existe alguna más, veamos las 3 variantes más populares:
Una pantalla IPS —In-Plane Switching, o Advanced Display Panel— se compone de un LCD clásico, cristal líquido, y una capa de focos LED por detrás iluminando los colores de la pantalla LCD. Esta evolución del TFT hace referencia en su nombre in-plane switching a cómo los cristales del LCD son excitados eléctricamente. Y no sólo permiten un ángulo de visión más amplio: consumen entre un 30 y un 60 % menos energía que un panel VA normal y ofrecen un mejor contraste de imagen.
En lo que a colores se refiere, es relativamente fácil ofrecer un contraste sólido, centrándose en los tonos oscuros. Pero a veces se producen distorsiones e imperfecciones en los rangos medios debido a problemas de balance. Por ejemplo: abusar de un contraste puede provocar que un rojo se vea como un naranja cálido, brillante. O un prado nevado, con multitud de matices de blancos. Esa es la parte más difícil de calibrar: los grises intermedios. El diablo está en los matices.Asus ha patentado una tecnología —desarrollada por su equipo interno ‘Golden Eye’— que optimiza los medios para reducir el ruido, mejorando además las tasas de conversión. De esta forma se obtienen dos beneficios: por un lado, un tiempo de respuesta más rápido. El tiempo que demora un píxel en cambiar de un color a otro, imprescindible para las imágenes en movimiento. Y, por otro, ofrece un contraste más dinámico, un brillo y saturación más inteligente.
La ASUS Splendid Video Enhancement Technology ofrece, desde su propia aplicación Utilidad Splendid, diferentes modos intercambiables en cualquier momento, dependiendo de la necesidad de cada momento:Una de las claves para detectar la calidad de una imagen radica en la iluminación. El uso de IPS se ha estandarizado en la mayoría de marcas precisamente por su mejora en este aspecto. Y gracias a la producción en masa de fabricantes tecnológicos como Hitachi, el precio de la tecnología IPS ha decrecido exponencialmente en los últimos años.Pero no todos los modelos son iguales. A los rangos que señalábamos al principio hay que añadir la calidad de los materiales de fabricación. Es muy habitual encontrar laptops con buen rendimiento lumínico pero molestos reflejos frente a la luz.
Asus corrige ese problema con un acabado mate, un revestimiento antirreflejos en sus ordenadores ZenBook UX303. Esto es: las series ZenBook ‘UA’ y ‘UB’. En cuanto a brillo, los UX303 ofrecen 300cd/m2, además del rango de contraste dinámico, una utilidad donde, según detecte el balance de la escena, así se ilumina.
Y sobre la relación de contraste, los UX303 tienen 770:1, uno de los valores más altos existentes entre portátiles. Además, el UX303 distribuye el brillo de manera uniforme, evitando ese viñeteado concéntrico que se forma cuando las zonas centrales reciben más brillo que los extremos, alterando el color y la temperatura del mismo.