Los procesadores AMD Zen llegarán durante el primer trimestre de 2017, siendo el primero uno de 8 núcleos, 16 hilos, fabricado bajo la nueva plataforma AM4 y con soporte para RAM DDR4, el cual será conocido como 'Ridge Summit'; mientras que para el segundo trimestre de 2017 conoceremos a 'Naples', una bestia enfocada en servidores que llegará con 32 núcleos y 64 hilos.Con la llegada de Haswell prácticamente todos los fabricantes han actualizado su catálogo de equipos. Entre ellos, la española Mountain ha introducido cuatro nuevos portátiles de sus familias StudioMX y Studio3D (StudioMX 154G, 174G y Studio3D 154G, 174G) con varias novedades interesantes.No sólo un diseño mucho más cuidado y elegante. Actualizan los procesadores a Intel Core i7-4700MQ y añaden gráficos dedicados NVidia GTX 770M y 765M en todos los casos que actuarán junto a la integrada Intel HD Graphics 4600. Todas las configuraciones disponen de pantallas FullHD (independientemente del tamaño, 15 o 17 pulgadas), 8 GB de memoria RAM, un SSD de 128 GB (mSATA, fabricado por Toshiba) para darle velocidad al sistema y un disco duro de 750 GB para almacenamiento masivo.
Dejando de lado las actualizaciones de los componentes -- interesantes, pero actualizaciones motivadas por la propia evolución de la tecnología -- llamará la atención lo que denominan OneStep, una bahía de 2.5 pulgadas a disposición del usuario. Prometen una instalación mediante un sencillo mecanismo y con ella admiten hasta cinco unidades de almacenamiento en el modelo Studio3D, compatibles con varias modalidades RAID.
Estos precios aquí indicados -- IVA incluído -- son para las configuraciones básicas (i7-4700MQ, 8 GB de memoria RAM, gráficos NVidia GTX 765M/770M, SSD+HDD, etc.) aunque como es habitual también admiten una amplia personalización según las necesidades del usuario, incluyendo desde mejores procesadores, más RAM o almacenamiento hasta gráficos NVidia Quadro.
Los dongles HDMI se han convertido en una propuesta interesante para diversos escenarios, y algunos fabricantes están comenzando a plantear soluciones aún más ambiciosas en este terreno.Intel ha anunciado el lanzamiento de sus nuevos Intel Compute Stick, unos dispositivos que analizamos hace unos meses en su primera iteración y que ahora llegan con nuevos procesadores mejores prestaciones y puertos de conexión y, sobre todo, nuevos precios. El modelo más caro sale por 500 dólares, algo que nos hace preguntarnos si alguien cree que este tipo de propuesta tiene sentido en el mercado actual.
Intel ofrece tres versiones de sus Compute Stick. La primera hace uso de un Atom x5-z8400 a 1,44 GHz y dispone de 2 GB de RAM, 32 GB de almacenamiento, ranura MicroSD, un par de puertos USB (uno de ellos USB 3.0), WiFi 802.11ac y Windows 10. Este dispositivo sale por 159 dólares y mejora sensiblemente la propuesta básica, sobre todo por la mejor conectividad WiFi y ese puerto USB adicional.
A partir de ahí nos vamos a los modelos más ambiciosos y que cuentan con los nuevos Intel Core M de la familia Skylake. En ambos casos tenemos 4 GB de RAM, 64 GB de almacenamiento, ranura MicroSD, WiFi 802.11ac y tres puertos USB 3.0, además de estar basados en Windows 10. El modelo intermedio incluye un Intel Core m3-6Y30, mientras que el modelo más caro integra un Intel Core m5-6Y57.
La propuesta es llamativa porque demuestra esa capacidad de miniaturización de estos productos, pero ese logro tiene un coste elevado: 300 dólares para el modelo con el Core m3 y 500 dólares para el modelo con el Core m5.Por muy capaces que sean ambos productos, y sobre todo el último, esos 500 dólares podrían ser también utilizados para algún portátil de gama media e incluso algún tablet convertible modesto como los que ya están comenzando a aparecer con Windows 10. Teniendo en cuenta que en esos dispositivos contamos con un teclado y una pantalla para trabajar, la propuesta de Intel parece difícil de defender salvo en ese modelo de gama de entrada que sí parece ser más coherente con los casos de uso de estos dispositivos. ¿Qué os parece?
Que no, Tim, que no nos lo creemos. Al menos no lo hacemos algunos. Eso de que no habrá fusión entre el MacBook y el iPad es otro de los grandes mensajes que el máximo responsable de Apple ha comunicado con motivo de la puesta a la venta del [iPad Pro](iPad Pro: el tablet de 12,9 pulgadas que amenaza a los mismísimos MacBook). Cook está teniendo algunos momentos ballmerianos, con declaraciones en las que auguraba el fin del PC (pero no necesariamente del Mac), o esa singular definición del Surface Book de Microsoft como un producto aguado, algo que ya había apuntado en el pasado con los Surface originales. Tiene gracia.
Suena, desde luego, a mensaje de marketing. A que hay que defender el producto, por mucho que un producto como el iPad Pro parezca simplemente un producto fantástico que no muchos recomendarían. La apuesta por la convergencia de Microsoft parece ser también el camino de Google, pero en Apple parecen no tener ningún interés en esa vía. Y sin embargo, las pistas que apuntan a lo contrario llegan por todas partes.Los rumores sobre la convergencia de Apple han sido enormemente exagerados, dirían algunos, pero como en toda la rumorología Apple, existen decenas de pistas que apuntan a un futuro muy distinto al que pinta Tim Cook con sus comentarios. ¿De verdad que no habrá híbrido del Macbook y el iPad?
Hay desde luego indicios que invitan a pensar en lo contrario. El primero de ellos, la aparición de los nuevos procesadores Apple A9 y Apple A9X que han demostrado contar con una capacidad de proceso notable tanto por su procesador de propósito general como por su GPU, algo que comentaban recientemente en un pre-análisis en AnandTech. Otros, por cierto, opinan que ese chip no es para tanto y que Intel estuvo a punto de lograr que sus microprocesadores formaran parte del iPad Pro como antes lo hicieron en los MacBooks.Lo cierto es que aunque Intel lleva tiempo teniendo una relación muy estrecha con Apple por esa alianza en la gama de MacBooks y en los iMac y Mac Pro, hace tiempo que se habla de un potencial equipo portátil de Apple que estaría basado en sus propios chips. Lo dijo Jean-Louis Gassée y los rumores aún más antiguos apuntaban a pruebas con un MacBook Air basado en un Apple A5.
De hecho ese camino hacia un ecosistema cerrado en el que la firma controlase casi todo el hardware y el software de su plataforma es de hecho el argumento más potente para creer en la llegada de ese hipotético MacBook basado en un procesador ARM de Apple. A los chicos de Cupertino les encanta tener el control de todo, y por ahora uno de los grandes apartados en el que no lo tienen es en el de los procesadores para sus equipos de sobremesa y portátiles.Algunos analistas creen que esos equipos llegarán en 2016, pero todos estos rumores plantean una nueva cuestión: ¿cuál será el sistema operativo que gobernará esos equipos?
Algunos creen (creemos) que Apple hará una jugada que ya realizó en el pasado y dará la sorpresa con una versión de OS X preparada para correr sobre ARM. La firma ya hizo lo propio cuando pasó de los PowerPC a los micros x86 de Intel, y como afirmaba Steve Jobs en aquel sorprendente evento de junio de 2005, en Cupertino llevaban cinco años desarrollando OS X para x86 en secreto bajo el proyecto Marklar.Los rumores sobre un proyecto real en ese sentido son ya antiguos, y casi cuatro años nuestros compañeros de Applesfera ya hablaban de ello, pero aquí las posibilidades son aún más fuertes si tenemos en cuenta que iOS y OS X comparten la misma base (Darwin) y por tanto esa interoperabilidad podría ser mucho más factible.
Las ventajas son obvias, pero también lo son los inconvenientes. Como afirmaban en AppleInsider a principios de año, hay un riesgo importante en los costes directos y en cómo afectaría eso a sus actuales smartphones y tablets, pero además está el problema de la adaptación de todo el catálogo software a esas nuevas máquinas. Y sin embargo Apple ya dio ese paso anteriormente y la apuesta le salió realmente bien. ¿No creéis que tiene sentido dar el paso de nuevo?
Lo cierto es que aquí tenemos precisamente al iPad Pro como antesala de lo que podría llegar: las críticas a las opciones que ofrece iOS 9 en este dispositivo parecen unánimes: el catálogo de la App Store para el iPad brilla en los modelos tradicionales, pero no aprovecha (aún) las prestaciones y sobre todo la resolución de pantalla de estos tablets, y su comportamiento como portátil ocasional es decente pero no especialmente destacable.Puede que Apple simplemente haya puesto la primera piedra con este equipo y lo que quiere es un futuro en el que iOS sea el sistema operativo predominante -las novedades en El Capitán eran más bien de risa- pero si es así, mucho tendrá que mejorar este desarrollo para plantarle cara a la propuesta de Microsoft en el ámbito de la productividad para los usuarios tradicionales de ordenadores.
Yo diría que a Cook y a Apple no se les dan muy bien los faroles: renegaron del stylus, renegaron de los teléfonos con mayores diagonales de pantalla, y renegaron de los tablets de menor tamaño. Y ahora tenemos productos que precisamente atacan todas esas problemáticas.Esa combinación del portátil y el tablet ya está inventada, pero no en Apple: los convertibles basados en Windows ofrecen esa experiencia, y parece el eslabón perdido en esa gama de productos de Apple en la que por ahora tenemos portátiles, sobremesas y tablets convertibles, pero no portátiles convertibles. O lo que es lo mismo: un MacBook con pantalla táctil y, quizás, con procesadores ARM. Y quizás también, basado en OS X. Todo parece posible.