Hay dos síntomas ineludibles para Apple en el momento actual del mercado. Uno es la desaceleración de ventas – que intentamos analizar en sobre el iPad y la impaciencia– y otro la tendencia fácil de observar en cualquier tren o avión de usuarios con iPad más teclado de tercero para intentar ser más productivos a la hora de escribir. Usuarios que, en su mayoría y cómo bien apuntaban en Microsoft, siguen teniendo además un portátil.En caso de que Apple se creyese que el camino es la convergencia la gran pregunta sería cómo, partiendo de dos sistemas y dos máquinas tan bien optimizados para una forma de usi determinada. iOs es 100% táctil, con una experiencia de usuario que sus poseedores aman, pero que por esa misma apuesta está muy lejos de lo que consigue Mac Os con su orientación al interfaz con ratón/trackpad y sus elementos mucho más pequeños ideales para articular tareas más complejas.
No se detienen ahí las preguntas a resolver. ¿arquitectura x86 con Intel o arquitectura ARM como la que montan los iPads? ¿se trata de hacer un iPad más grande o de un Macbook Air táctil y, quizás, extraíble? ¿cómo resolvemos el teclado en iPad, añadimos uno físico integrable como Surface? ¿el camino es añadir complejidad a iOs con elementos de Mac Os o quizás una versión de Mac Os con doble personalidad como Windows 8? Algunas de estas propuestas se antojan disparates, pero sobre todo incompatibles con la filosofía de la compañía: lanzar sólo productos de los que estén muy convencidos, con una experiencia de usuario muy consistente.
Quizás nos hayamos pasado de frenada y cuando tengamos Surface 3 en nuestras manos no ha resuelto tantos compromisos como creemos. En mi lista está la mejora del trackpad de la type cover (imprescindible para ser buen portátil, ahora mismo viajo con el Surface 1… y un ratón), el ángulo de inclinación para trabajar en trenes y aviones, el calor y el peso como tablet, la autonomía… muchas asignaturas para comprobar en el análisis.Pero si es cierto que por fin tenemos un producto convergente que – por lo menos – nos confirme que ese futuro está cerca, creo que sería una señal inequívoca para el resto del sector de que es momento de tomarse muy en serio esta vía.Aún así, conviene recordar que no siempre el que llega primero a una categoría o enfoque de producto es quien acaba ganando ese mercado. Ejemplos recientes en la historia de la electrónica de consumo no faltan.
A falta de tres días para que oficialmente se ponga en marcha CES 2014, hay una tendencia que algunos están empezando a avistar. Éste será el año de los PC duales, con doble sistema operativo Windows y Android.Algo que ya conocemos de dispositivos como el ATIV Q de Samsung: un sistema operativo Windows 8 de base sobre el que se virtualiza un Android completo y específicamente diseñado y optimizado para la plataforma. Hay rumores de que otros fabricantes lanzarán sus equipos duales con una tecnología similar a la de Samsung, permitiendo tener aplicaciones de ambas plataformas compartiendo el escritorio de Windows.En los últimos años se ha barajado esta posibilidad con varios fabricantes, como ASUS o Lenovo, si bien la idea nunca ha terminado de cuajar en el mercado. Según The Verge Intel está detrás de esta nueva funcionalidad que pretende poner de acuerdo a varias empresas, y que según The Times se llamará PC Plus. Los detalles, prometen estos últimos, serán desvelados estos días en Las Vegas.
Aunque la idea de aunar los dos sistemas en uno no parezca mala, debemos tener en cuenta que prácticamente todo lo que hacemos en Android puede hacerse en Windows, ya sea a través de navegador o de aplicaciones específicas. Windows es un sistema de mayor envergadura, más potente y con mayores posibilidades que Android, que engloba todas sus posibilidades excepto, quizá, algún juego casual (Angry Birds, Cut the Rope, etc.) y poco más. Además, una de las grandes bazas de los smartphones es su uso localizado y dependiente de la propia localización (Foursquare, Maps) que perdería el sentido en un equipo Windows (sobremesa o portátil) sin conectividad a Internet.
Una de las novedades más importantes será el panel OLED táctil en forma de tira que llegará a sustituir las teclas de función, que añadirá la posibilidad de ver funciones especificas dependiendo de la aplicación que estemos usando, por ejemplo, con iTunes aparecerán los controles de reproducción, con Pages tendremos botones directos para copiar, cortar y pegar, además de que cada desarrollador tendrá la opción de añadir sus propios controles a dicha pantalla por medio de una actualización.
El nuevo MacBook Pro contará con un diseño más delgado, sin llegar a lo que tenemos hoy día en la familia MacBook o MacBook Air, una carcasa con curvas menos profundas en los bordes, un trackpad sensible a la presión más grande y la incorporación de los colores Space Gray, Gold y Rose Gold.Otra de las novedades es que se incorporarán un par de puertos USB Type C, mayor seguridad por medio de Touch ID ya que contará con el sistema de bloqueo que tenemos actualmente en iOS para iPhone y iPad, además de que llegarán con gráfica Polaris de AMD.
Sin duda estas novedades lucen interesantes en el papel, ahora será importante conocer el precio, un punto que será determinante para su adopción.Somos una generación que apenas celebra los grandes hitos tecnológicos. Nos hemos acostumbrado tanto a la rutina tecnológica, a estar rodeados de cuantas facilidades necesitemos, que ignoramos el coste: años de investigación, innovación, inversión. Hablamos del all connected, del «Internet de las cosas» pero, ¿de dónde proceden estos avances? ¿En qué nos afectan a la vida diaria?Samsung ha logrado, gracias sus sistemas multiroom, transformar la experiencia del audio en casa, moviéndose al ritmo que nosotros nos movemos. La marca surcoreana ha apostado por altavoces omnidireccionales, portátiles, evitando cualquier lío de cables y de configuraciones complejas. Podemos conectar cualquier fuente que se nos ocurra y controlarla tanto desde nuestros smartphone como desde el propio altavoz. Pero antes vamos a dar un par de pasos atrás para entender de dónde vienen todos estos progresos tecnológicos.
Así se llamó por primera vez a la música de fondo, al ambiente donde las canciones suenan en segundo plano y no como objeto principal de nuestra atención. Fue un término acuñado por el compositor Erik Satie en 1917, en una carta dirigida al cineasta Jean Cocteau. Esta corriente de músicas repetitivas, tonales, de poca ornamentación, fue el sustituto formal de la música interpretada en vivo para amenizar las veladas.A Satie le siguieron los coqueteos musicales del humorista Alphonse Allais y del teórico Arnold Schönberg y, finalmente, John Cage. Ellos asentaron las bases de la electrónica moderna, del ambient y el easy listening. El compositor Brian Eno comenzó su serie ‘Ambient’, inaugurado con el seminal Music For Airports, dando pie a la popularmente denominada «música de espacios abiertos» —ascensores, aeropuertos, salas de espera, centros comerciales—.Cuando el ingeniero Elisha Graves Otis presentó su mecanismo elevador, abuelo de los ascensores modernos, en el Palacio de Cristal de Nueva York, se dijo que a tamaña inauguración sólo le faltaba «una gran orquesta».
En la España de hace 40 años, el hilo musical era anunciado por los hoteles como un extra de lujo, algo al alcance de sólo unos pocos. Telefónica era la habitual con cobertura para montar estos canales, ofreciendo distintos catálogos por unas 400 pesetas al mes. En los hogares, estos muzak tardaron más en llegar, debido a los costes de instalación.Pero la clave va más allá de lo estrictamente musical. Con aquella visión habían dado pie a una música asociada al confort, a los muebles y útiles del hogar. Cuando Samsung presentó a principios de 2014 su proyecto Smart Home, un ecosistema donde se comunicaran bajo la misma aplicación lavadoras EcoBubble, aires acondicionados y televisores inteligentes, habían dado el salto hacia un futuro que hoy día es una completa realidad.