En ese ámbito en NVIDIA también quisieron presentar su nueva tecnología Iray VR, un desarrollo orientado a poder crear imágenes súper-realistas para entornos de realidad virtual. De hecho Huang calificó esta tecnología como más "propia de Pixar", y habló de cómo esta solución haría que los paseos virtuales por proyectos arquitectónicos fueran mucho más inmersivos, por ejemplo.Otra de las áreas en las que NVIDIA quiso destacar su papel fue el de la inteligencia artificial, y más concretamente el del aprendizaje automático (o profundo). La empresa ofrece un SDK para desarrolladores en este campo que quieran aprovechar la potencia de sus GPUs en áreas como los coches autónomosm algo que demostró al hablar de las carreras Roborace.
Pero esos avances necesitan potentes gráficas que puedan con esas enormes de trabajo, y ahí es donde entra en juego la nueva GPU orientada a computación de alto rendimiento. Las nuevas Tesla P100 es una placa que cuenta con una potente GPU NVIDIA GP100 con arquitectura Pascal.La placa completa cuenta con nada menos que 150.000 millones de transistores, aunque la GPU por sí sola ya dispone de 15.300 millones de esos pequeños componentes, casi el doble que el mayor de los chips actuales con Maxwell, el GM200. Esta solución se fabricará con un proceso de 16 nm FinFet y llega con memoria HBM2.
El rendimiento esperado de esta solución es, por supuesto, monstruoso: se esperan rendimientos de 5,3 TFLOPS (doble-precisión, en precisión simple llega a los 10,6 TFLOPS), cuando en las anteriores Tesla M40 con los GM200 basados en arquitectura Maxwell el rendimiento era de 0,21 GFLOPS. Eso supone una ganancia de 20 veces el rendimiento de esas tarjetas gráficas que eran desde luego menos ambiciosas, pero que se quedan muy atrás en un área en el que las Tesla P100 da un salto realmente prodigioso incluso teniendo en cuenta su "comedido" TDP de 300W.
Los primeros sistemas servidores basados en esta solución llegarán en el primer trimestre de 2017, pero no serán nada baratos. NVIDIA anunció el DGX-1, una supercomputadora dedicada a aprendizaje automático que integra dos procesadores Xeon y ocho Tesla P100, cada una con 16 GB de memoria HBM2. El precio: 129.000 dólares.
Existen gadgets que a veces rayan en lo absurdo, pero sin duda tendrán sus consumidores, pero no es culpa de ellos, sino de las carencias actuales, ellos sólo ven una oportunidad para llenar un hueco que está ahí y el que todos alguna vez hemos padecido, la insuficiencia de la baterías de nuestros smartphones.Por ello, ahora conocemos QBracelet, que es una pulsera-brazalete que tiene en su interior una batería externa, la cual nos servirá para cargar nuestros móviles en esos momentos en los que la batería no da para un día lleno de actividades.Q Designs es la empresa responsable de la QBracelet, la cual integra una batería ion-litio de 1160 mAh, suficiente para una emergencia, pero lo interesante aquí es el diseño, ya que no necesitaremos cables adicionales, porque la pulsera incorpora un conector micro USB y uno Lightning, lo que la hará compatible con la mayoría de los dispositivos, Android, Windows Phone y iOS.
La QBracelet pesa 51 gramos y su exterior está hecho en aluminio con diversos acabados enfocados a hombre o mujer, mientras que la parte interior posee un recubrimiento de policarbonato, para hacerla cómoda y no lastime la muñeca, haciendo que su diseño sea práctico y atractivo.QBracelet no viene a revolucionar el mercado o a ofrecer lo último en tecnología, no, sólo nos demuestra que una buena implementación de algo existente puede ser un éxito, ya que la batería externa se ha vuelto un aditamento que usamos cada vez más.Si desean hacerse de una QBracelet ya pueden reservarla en su sitio por 79 dólares antes de que salga a la venta durante el mes de diciembre, ya que una vez en el mercado, su precio será de 99 dólares.
Cuando hace ya año y medio probé el Acer C720 Chromebook, el primer Chromebook de Acer, me quedé con una sensación agridulce: era un dispositivo asequible y que por su precio ofrecía algunas cualidades interesantes, como una gran autonomía, pero había otros aspectos donde se notaba que no estábamos ante un portátil redondo: la calidad de la pantalla y teclado o algo tan importante como lo puede ser el rendimiento WiFi.Tras el C720, Acer no se dio por vencida en el mundo de los Chromebooks y subió su apuesta con el Acer Chromebook R11: un ordenador compacto y con Chrome OS que, además, apostaban por hacer convertible. ¿Habrá subsanado con él Acer los errores del anterior? ¿Cómo se adapta una pantalla táctil a Chrome OS? Hemos probado todo esto y mucho más en nuestro análisis.
Merece la pena señalar que en otros países se ha vendido una versión con 2 GB de RAM. La que nosotros hemos podido probar es la de 4 GB, que es la que se comercializa en España. En cuanto a conectividad, y además de WiFi ac y Bluetooth, tenemos un puerto HDMI, un puerto USB, un jack de audio y un lector de tarjetas SD.
Lo primero que te llama la atención nada más sacas el Chromebook R11 de la caja es su diseño. Totalmente negro, salvo por las bisagras plateadas, el acabado no es de los que te esperarías de un portátil de menos de 300 euros. No solamente por la "textura" que le han dado a la tapa superior, sino porque es bastante más compacto y fino que su predecesor.A nivel general, el diseño es bastante bonito, elegante (cuestión de gustos, claro) y no tiene pinta de ser "plástico barato", aunque efectivamente utilizan plástico para el chasis. La excepción, según Acer, es la parte superior con la textura, para la que han utilizado un "panel de aluminio", pero se refieren solo a eso: el recubrimiento. El cuerpo, incluyendo la carcasa de la tapa, sigue siendo de plástico.
Estamos ante un equipo robusto: pese a ser un convertible, la pantalla no "tiembla" al escribir, como sí ocurre en otros modelos. Las dos bisagras que la sujetan "en el aire" (no hay más puntos de contacto) hacen bien su trabajo tanto cuando está en modo ordenador como cuando está en modo tienda (del que me sorprendió la estabilidad, por cierto) como en modo tablet.Eso sí, no te esperes un "ultrabook": sus dimensiones son relativamente pequeñas (a fin de cuentas, estamos ante un dispositivo de 11,6 pulgadas), pero tiene más de 2 cm de fondo. No creo que sea un problema para un ordenador de estas características, ya que no compite en el rango de precios con otros ordenadores que mejoren dicho aspecto, pero desde luego no es algo cómodo cuando lo quieres usar en modo tablet.
Sin embargo, una de las cosas que más me ha gustado de este nuevo Chromebook es su teclado. Las teclas son considerablemente grandes y su disposición es la que esperaríamos de un ordenador de 11 pulgadas. El recorrido es regular y consistente en todas las teclas y es bastante cómodo de usar. Ésta fue una de las cosas que menos me gustó del Chromebook C720 y aquí Acer ha hecho los deberes.El punto por mejorar sigue siendo todavía el trackpad, un apartado que en general los fabricantes de portátiles descuidan demasiado. La sensibilidad del mismo es aceptable y detecta bien tanto los "toques" para cuando quieres hacer click (reconoce la pulsación) como el desplazamiento utilizando dos dedos, pero el problema es cuando pulsas el trackpad de verdad, como si de un ratón físico se tratase. La pulsación es irregular y uno de los lados está más flojo que el otro.